Para
mí este curso de Elaboración de Portafolios Electrónicos, ha sido un bálsamo de
conocimientos para mi práctica docente, ha venido a motivarme, en el desarrollo
de la tecnologías de la información y la comunicación, yo siempre he pensado de
mis carencias en los aspectos tecnológicos y este curso me está gustando muchísimo,
porque me acerca a mis alumnos, quedando
menos larga la brecha generacional en relación a la utilización de la tecnología.
Mi
nombre es Silvia Irene Robledo Martínez, tengo estudios de Licenciado en
Administración, egresada de la
Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Juárez
del estado de Durango.
¿Por
qué soy profesora?, permítanme contarles:
En
el año de 1988 egresé como Licenciado en Administración, en la ciudad de
Durango y mi pensamiento era trabajar en alguna secretaría federal, o algún
banco, o en la iniciativa privada, pero las cosas no siempre salen como uno las
piensa, las secretarías no tenían
presupuesto, así que la situación era
bastante difícil. Después de haber trabajado en algunas instituciones
del orden federal a lo largo de 10 años, salió la oportunidad de ingresar a la SEP en la Dirección General
de Educación Tecnológica Agropecuaria, me ofrecieron en ese entonces un
interinato, a lo cual yo accedí, recuerdo que fue mi aceptación primeramente
por las ventajas que este trabajo me ofrecería, como son las vacaciones, el
horario y sobre todo las cargas de trabajo de una manera más relajada. Al
principio no me sentía cómoda desarrollando la función de maestra, yo no había
estudiado para ello, pero no había más,
al paso del tiempo esa sensación cambió,
me sentía un poco más relajada, disfrutaba al estar frente a un grupo de jóvenes
inquietos que trabajaban de acuerdo a
indicaciones mías, el contestar
sus dudas, el hablar de temas de interés para ellos, además de disfrutar su
charla y sus inquietudes propias, todo
esto cambio la sensación de incomodidad
en un gusto por estar frente a
grupo, además de pensar que de alguna manera puedo influir en la formación y en
el actuar de una persona, a través de mi
ejemplo, de los conocimientos y experiencias
que con agrado comparto y que de
alguna manera le ayudaran en su vida.
En
el primer año de mi actividad docente,
la reflexión y el análisis de mi paso
por la institución formadora, era muy
frecuente, ¿Que me habían
enseñado mis maestros? ¿Cómo me habían
enseñado? ¿Estaba preparada para ser
maestra? o cuestiones como recurrir a mis apuntes de la carrera para poder
impartir la asignatura asignada, el ser una maestra más teórica que practica, todo lo anterior fue parte de mis primeras experiencias en la
docencia. Posteriormente la capacitación y actualización por parte de la Dirección General
de Educación Tecnológica Agropecuaria, de la Secretaria de Educación
Pública, de la Secretaria
de Educación e Investigación Tecnológica y
las diferentes instituciones de forma particular, me permitieron adquirir herramientas y conocimientos para comprender
mejor los objetivos de mis asignaturas,
comprender mejor a mis estudiantes,
aplicar metodologías y técnicas
de enseñanza, que aunado a la
experiencia adquirida a través de los años de estar frente a grupo se
conjuntaron para ser mejor maestra.
El
ser docente del nivel medio superior significa para mí una gran
responsabilidad, pero también un gusto
enorme de convivir con gente joven que
busca edificar un futuro a través de una profesión y que me da la oportunidad
de ayudar en mínima o mayor proporción a
lograr su objetivo. Existen muchos motivos de satisfacción a lo largo de
los años que llevo laborando (17), como el que mis ex alumnos vayan a visitarme
y que me digan que lograron obtener un título de ingeniero o más aún que lograron terminar maestría, o aquellos
que están estudiando un doctorado, esto
es muy satisfactorio, pero también existen motivos de insatisfacción, cuando
uno pone lo mejor de sí y que tu esfuerzo no logra motivar e interesar a los estudiantes, o cuando al final del semestre nos enteramos
de los índices de deserción y reprobación, de la cantidad de estudiantes que no
lograrán terminar sus estudios de nivel
medio superior, y que mucha de la responsabilidad de estos índices es parte de
mi trabajo, siento la necesidad de estar
actualizada en las nuevas metodologías y estrategias de educación, para motivar
y despertar el interés de mis estudiantes ya que es una actividad
primordial en disminución de la deserción y en el
aprendizaje. Sé que existen un sinnúmero de problemas económicos, familiares,
sociales que influyen en ello, pero a nosotros nos toca hacer nuestra parte
como agentes de cambio. El desarrollo de competencias docentes nos proporciona
conocimientos y herramientas para realizar con calidad nuestro quehacer
docente, es por ello que debemos continuar con nuestra capacitación y
actualización.
Lo
anterior me ha dado la pauta para seguir
capacitándome en la educación
basada en competencias acorde a la Reforma Integral de Educación Media Superior, ya
que esta representa mejorar la calidad de nuestros estudiantes así como la de
los maestros. La educación por
competencias prepara a los jóvenes para el trabajo, para continuar sus estudios
a nivel superior y para desenvolverse en la sociedad. Esta es sin duda una oportunidad de
colocar la educación de México en la
época que estamos viviendo y no quedarnos con la metodología en la que fuimos
preparados, acorde a nuestro tiempo y que en la actualidad resulta obsoleta.
En
el junio pasado cumplí 17 años laborando en el nivel medio superior, todo este
tiempo frente a grupo, he impartido materias
acordes a mi perfil profesional, otras no tanto, por necesidades del
plantel, pero que de alguna manera he buscado
dar lo mejor de mí, aunque algunas veces
he sentido que no logro impactar en
la motivación de los alumnos, como lo contrario que en muchas
ocasiones siento que he realizado un
excelente trabajo.
He
contribuido con mi trabajo a muchas generaciones que han egresado de mi
plantel, pero también me doy cuenta que muchos jóvenes no han logrado su
objetivo de culminar esta etapa de su
educación, y esto, siempre me ha hecho
pensar que tal vez no sea suficiente el
esfuerzo que realizo o que me falta el
conocimiento necesario para comprender el comportamiento de los jóvenes, sus intereses, sus necesidades; tal
vez en ello influya mi profesión, Licenciada en Administración ,
la falta de conocimientos pedagógicos,
de técnicas de motivación, de técnicas de enseñanza aprendizaje influyan en estas situaciones. Hace algunos
años impartía mi clase de una manera tradicional, en donde la enseñanza del
alumno radica solo en los conocimientos del maestro y tal vez en el seguimiento
de un libro de texto, lo anterior es como concebía la docencia, resultado de una identificación con los
métodos de mis maestros formadores de la
misma profesión, tomando lo bueno de
cada uno de ellos y aplicando mi experiencia a través de los años es como se
desarrollaba mi función docente.
Durante mis años de trabajo he modificado algunas estrategias de impartir clase, esto como un resultado de mi asistencia a cursos
de superación académica, aunado a ello el conocimiento de la reforma a la
educación tecnológica; la elaboración
de secuencias didácticas, conocer los objetivos y el desarrollo de las
tutorías, mejorar las técnicas de
evaluación etc., considero que lo
anterior ha comenzado a cambiar la
metodología de la enseñanza para beneficio de mis alumnos.
Como
maestra de educación media superior considero que el tomar en cuenta la edad que atraviesan nuestros estudiantes, que generalmente
oscilan entre los 15 y 19 años, es una parte
del éxito de nuestra labor o del fracaso, ya que ellos se encuentran
inmersos en una etapa de cambios psicosociales, de intereses particulares y distractores que debemos encausar en
nuestras posibilidades y obtener logros académicos, pero también logros de
carácter integral en el desarrollo de
cada individuo, que los transforme en
seres útiles a la sociedad y el trabajo, que sean capaces de tomar decisiones a través del desarrollo de competencias. Es
en estas actividades que tenemos que transformarnos un tanto en psicólogas,
consejeras y amigas de cada estudiante que presente cuestiones que ponen en
peligro su permanencia escolar o su integridad.
Considero
que la profesión de maestra reviste más actividad que el solo facilitar el
aprendizaje de los estudiantes, el ser maestra es un agente de cambio en la
mentalidad y actitud de las personas y por ende de la sociedad. Es por ello que
debemos de estar consientes de la gran responsabilidad que tenemos en nuestras
manos y responder a ésta con calidad y honestidad,
basados en una preparación que responda a las exigencias del mundo laboral y
de la sociedad actual.
Sin
duda para responder a la gran responsabilidad que tengo como maestra, es
importante analizar e identificar mis competencias, para que en base a ese
análisis pueda programar mi plan de mejora primero.
Nuestro
quehacer docente debe estar acorde a
los adelantos científicos y
tecnológicos existentes, para que
nuestros estudiantes tengan acceso a las diferentes fuentes de información y
comunicación existentes, ya que esto además de proporcionarles habilidades y
destrezas en el uso de las TIC, despierta su interés y lo mantiene en una
información permanente, además de coincidir con las competencias de la RIEMS.
El
primer sentimiento de la aventura de ser
maestro, es la sensibilización hacia el
actuar y comportamiento de nuestros
alumnos. Esta aventura me hace recordar mis inicios en educación del
nivel medio superior, cuando llegue al
plantel donde laboro actualmente, al principio no aceptaron mi ingreso,
pero después de insistir me dijeron que sí, con la condición de que impartiera
la asignatura en las que hiciera falta y no en las de mi especialidad, ya que
había maestros que las llevaban impartiendo desde años atrás, y ellos contaban con
los apuntes necesarios, recuerdo que en algunas ocasiones vi esos apuntes, y ya
se caían de lo viejo que estaban, más sin embargo tuve que aceptar porque me interesaba ese
centro de trabajo, cuando inicie las
clases, solo tenía los conocimientos de
inglés adquiridos en mi paso por los diferentes niveles educativos, que en
realidad eran muy pocos, aparte de una pobre capacitación como docente, pero
tuve que iniciar preparándome lo mejor
posible, en esta parte, me identifico
con José M. Esteve[1], es su escrito
“la aventura de ser maestro”, cada clase
era angustiante, el pensar en que alguna pregunta me pusiera en evidencia, el
esperar con ansía el timbre de salida,
es muy difícil, pero que con el tiempo , la práctica y la capacitación cambian
estos sentimientos. Como dice Fernández Cruz, la identidad profesional se
alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo de
especialización.
Me
parece muy acertadas las ideas que
tratan acerca de los profesores que tenemos profesiones de licenciados, químicos, ingenieros,
arquitectos etc. que nunca pensaron en la educación como un futuro y que por
alguna razón llegaron a esto. Esto es muy palpable en el nivel medio superior
en las escuelas técnicas, en donde la
mayoridad de los profesores tienen carreras diferentes a la de ser profesor, y
que influye grandemente en la educación como lo señala Fernando Corbalán, el no saber organizar una clase, como lograr
un mínimo orden, como atraer la atención de los alumnos, el no ajustar el nivel de dificultad de la asignatura y el no
entender que la esencia del trabajo del profesor es estar al servicio de
aprendizaje de los alumnos.
Otra
cosa que considero de mucha importancia
es que el profesor debe crear la inquietud, descubrir el valor de lo que
vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad para enseguida el buscar que
les vamos a aportar con el tema, que espero conseguir y luego relacionar lo que
ellos saben, sus experiencias, sus vivencias. Por último el reto de divertirnos
explicándolo y tomar en cuenta que
resultaría imposible aplicar lo mismo
cada año, por lo cual hay que estar en
una renovación y actualización constante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te invito a retroalimentar mi E-portafolio